Nuestro cuello al igual que nuestros hombros son zonas que van acumulando la tensión que nos genera el día a día. Sin darnos cuenta vamos cargando y endureciendo la musculatura hasta que el dolor nos avisa de que tenemos que poner remedio. Por ello, en esta microsesión te mostraré unos movimientos que sin esfuerzo te ayudarán a soltar y relajar este malestar.
Comenzaremos el primer movimiento sentados, pegando los brazos a los costados y sin doblar la espalda, deslizaremos las manos por los muslos hasta tocar las rodillas para alcanzar así un ángulo de unos cuarenta y cinco grados con nuestro cuerpo. Partiendo de esta postura, cogeremos la parte interna de los codos entre el pulgar y los demás dedos de la mano contraria y situaremos los brazos a la altura de los hombros o un poco por debajo, no superando nunca la altura de los mismos. Soltando el aire por la boca empujaremos con las manos hacía delante, manteniendo el cruce, pero sin dejar que el cuerpo avance y al inhalar soltaremos el empuje. Realizaremos este estiramiento durante cuatro respiraciones y cambiando el cruce de los brazos haremos otras cuatro.
Para el siguiente movimiento, permaneceremos sentados y colocaremos la mano derecha sobre la bola del hombro izquierdo y, manteniendo el brazo a la altura de los hombros, cogeremos el codo con la mano izquierda. Mientras soltamos el aire por la boca, empujaremos con suavidad el codo haciendo que la mano derecha se vaya deslizando por la espalda hasta donde nos resulte cómodo y al tomar el aire volveremos a la posición inicial, repetiremos esta acción tres respiraciones más.
Ahora gira la cabeza a un lado y a otro y comprueba cómo se siente tu cuello, cómo responden tus hombros al movimiento después de este pequeño trabajo.
Ahora te toca a ti, no pierdas el tiempo y haz el otro lado!!!!